Antes del arranque de la Copa Confederaciones
MÉXICO, D.F. (apro).- Antes del
arranque de la Copa Confederaciones, alrededor de 400 integrantes del
Movimiento sin Techo —que entre otras cosas reclama la adjudicación de
viviendas en la ciudad— quemaron llantas y bloquearon las principales vías de
acceso al estadio Mané Garrincha, en Brasilia, donde este sábado comienza el
certamen entre Brasil y la selección de Japón.
La manifestación duró horas. Los
inconformes formaron vallas humanas para impedir el acceso al inmueble. No hubo
heridos ni detenidos.
Los manifestantes también
protestaron contra la celebración de la Copa Confederaciones: exigen al
gobierno de Dilma Rousseff gastar en políticas sociales una cantidad similar a
la destinada para la construcción y remodelación de estadios para la Copa del
Mundo Brasil 2014: 600 millones de dólares.
“Ese estadio (Mané Garrincha) no
atiende a las necesidades de la población y la sociedad de Brasilia ya lo ha
entendido: lo que la gente quiere es que se gaste lo mismo en los barrios
pobres”, afirmó Tiago Ávila, uno de los líderes del movimiento.
La tupida columna de humo negro
se apreciaba desde cualquier punto de la ciudad.
“¿Copa para quién?”, se leía en
los carteles que portaban los manifestantes.
Ayer ya se habían presentado
violentas protestas en Sao Paulo y Río de Janeiro contra el alza del transporte
público, en las que fueron detenidas 271 personas. Sin embargo, la mayoría ya
fue liberada.
En menor escala, Porto Alegre,
Curitiba y Maceió también fueron escenario de manifestaciones.
La agencia de noticias EFE
reportó que las autoridades militares y de seguridad de Brasil garantizaron a
los ciudadanos el derecho de expresarse durante la realización de la Copa
Confederaciones, en la que también participa la Selección mexicana.
“Nuestra Constitución lo
permite”, aseguró el director de Operaciones de la Secretaría Especial para
Grandes Eventos del Ministerio de Justicia, José Monteiro, en una rueda de
prensa.
Por su parte, el jefe de
Operaciones de la Policía Militar en Río de Janeiro, el teniente coronel
Marcelo Rocha, garantizó que “las manifestaciones “no van a cohibirse, y (las
fuerzas de seguridad) sólo actuarán en caso de irregularidades que afecten a la
colectividad”.
La Copa Confederaciones, que se
realizará en Brasil como un ensayo general de la Copa del Mundo del próximo
año, se jugará en seis sedes: Brasilia, Belo Horizonte, Recife, Río de Janeiro,
Fortaleza y Salvador.
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